miércoles, 9 de julio de 2025

Donde termina el dolor, empieza el arte

Desde que tengo memoria, el arte ha sido ese rincón donde puedo ser yo sin miedo, sin juicios, sin tener que explicarme.
Pinto, escribo, dibujo… y en cada trazo dejo pedazos de lo que soy. Mis miedos, mis sueños, mis ganas de gritar y también mi forma de amar.

No siempre es bonito lo que creo, pero siempre es verdadero.
Hay días en los que dibujo con el corazón roto y otros en los que las acuarelas bailan con mis esperanzas.
Para mí, el arte no es solo una forma de expresarme: es mi forma de sobrevivir.

A veces me siento fuera de lugar en el mundo, pero cuando tengo un pincel en la mano, una libreta, una canción o una idea en la mente… todo cobra sentido.
El arte me escucha, me contiene, me da permiso de ser tan sensible como soy.

Esta publicación es para quien también sienta mucho, para quien ame profundo y a veces no sepa cómo decirlo con palabras.
Yo aprendí que no hace falta decirlo: también se puede llorar en forma de poema, amar en forma de canción, sanar en forma de pintura.

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